Masquerade

Rumor, cotilleo, un arte que se considera denigrante, digno de mujerzuelas. Pero para quienes buscaban verdades, lo primero era comenzar por los rumores. Por mas degradados y torcidos que estos sean, por lo menos un fragmento es realidad. Es el arte de quienes buscan la verdad en ellos, el poder discernirla.

Desde que había abandonado su hogar la mente de Erick estaba fija en la idea de capturar y destruir al demonio que le había arrebatado su vida. Era probablemente un delirio juvenil, pero era lo que lo mantenía vivo, la razón por la que había conocido a Thanatos, y lo que lo mantuvo con esperanza mientras vivía de las calles. Alma Animae, inclusive, era solo un paso para poder tener el poder de enfrentar a ese hediondo ser. No conocía su nombre, ni su credo, pero jamas olvidaría su repulsiva figura.

Si siguieron la trama sabrían porque el estaba en estos rumbos. Necesitaba la información que lo condujera por el camino correcto. Las platicas con el sub-director eran productivas, pero no eran su estilo. Por ende ahora estaba aquí hablando con las malas lenguas, cualquiera que pudiera darle una pista.

Obviamente no se presentaba como un estudiante de Alma Animae. Se había tomado la molestia de encubrir su identidad con una mascara. Sus ropas eran mas discretas. Una camisa negra abotonada con excepción de un botón de abajo hacia arriba y tres de arriba hacia abajo; desfajada por su puesto. Debajo de la camisa llevaba una camiseta negra, sin mangas, pegada al cuerpo. Guantes de cuero negros, para no dejar huella de su presencia. Pantalones grisess tipo jean, unas cintas que unían en la parte de la cadera. Como toque final zapatos negros de vestir y un saco negro de tipo militar con botones de plata. Su katana descansaba en su cadera, como si se tratase de un oficial de la época de Meijin.

Su mascara sería una obvia señal de ser un extraño, de no ser porque había un numero de personajes con mascara por igual. Unos inclusive con disfraces elaborados de mascarada. Se podría decir que era un solo personaje mas en el baile.

Caminaba seguro por el lugar deteniéndose frente a una armería de espadas. Un buen lugar, aprovechando la excusa de su propia espada. Se adentro al lugar...

Algo que siempre había captado su atención y no se había atrevido a ir, mercados negros, le intrigaban... más que eso tenía ansias de saber como era el nombrado bajo mundo. Su hermano mayor siempre la mantenía "resguardada" y alejada de lugares "vulgares" como lo era ese pero, en algunas ocasiones su curiosidad siempre llegaba a límites extremos.
Creyó prudente asistir preferiblemente sola, puesto que de todas formas no conocía a nadie las cosas le resultarían mas fáciles y su investigación podría comenzar y así obtener algunas pistas.

Entró a hurtadillas como mal hábito que había adquirido durante su infancia y se dedico a observar a las personas, ella destacó demasiado en el lugar ya que era joven e inexperta. Sus ojos claros se volvieron inseguros y apagados, ya no estaba segura si era el lugar correcto, pero tenía que seguir buscando. Durante mucho tiempo, había crecido con la ilusión de que su padre aún se encontraba con vida, una ilusión que ella misma formó y la motivó a seguir a delante pese a los comentarios de personas externas a ella que le decían de forma insistente en que desistiera porque eso la dañaría aún mas.

Mientras caminaba, aprovechó la ocasión para ver nuevas armas y estar al tanto de una que otra noticia que pudiera en un futuro cercano, serle de utilidad.

Las personas del lugar tenían un aspecto tan maquevélico que parecían sacadas de una novela de terror y como era de noche... aún mas. Caminando distraídamente y recorriendo todo, no se percató de que había captado la atención de 3 hombres de negro que pronto comenzaron a seguirla lentamente. Su espíritu acompañante no estaba con ella, puesto que se había separado en el momento de una acalorada discusión que habían sostenido con anterioridad y por lo mismo, no podía recurrir a ella de momento.

Sin darse cuenta, pasó por entre medio de dos de los hombres que la acosaban y estos con el pié haciendo zancadillas, la hicieron perder el equilibro, se asustó de caerse y sin tener en cuenta lo que había a su alrededor por intentar sujetarse de algo, agarró una vasija que sujetaba el tercer hombre que la perseguía y este la soltó "descuidadamente" causando que se rompiera en cientos de fragmentos.
El estruendo fue tal, que los que estaban cerca voltearon a ver la situación encontrándose con una niña en el suelo y a su lado un jarrón roto.

- Discúlpeme... no fué mi intención.- Dijo con un claro acento extranjero.

- Tendrás que pagarlo.-

- De momento no tengo dinero conmigo, pero por favor... no fue intencional.- Su voz se hizo temblorosa debido al miedo.

Se formó una multitud que miraba divertida la escena, algunos reían de manera despectiva, otros simplemente seguían el juego de los tres hombres que habían iniciado todo.

Llevaba un par de horas con el forjador de espadas, hablando de aceros, estilos e incluso técnicas que el viejo le sugería. Ese señor solo era un viejo maestro que había terminado de lado incorrecto de la ley, había perdido todo en el mundo de las apuestas y ya estaba tan dentro de este que no tenía forma de salir. El señor pagaba su penitencia alimentando la sed de sangre que lo condujo por el mal sendero. Su voz hacía eco en la cabeza de Erick, quien pensaba que quizás en algún momento, o por alguna razón el podría cometer el mismo error. Apretó el mango de su katana suavemente con el pensamiento vivo en su cabeza.

Al salir de la manta, la cual doblaba de tienda de aquel viejo, noto a una chica que destacaba de entre la multitud. No destacaba por sus ropas - destacaban sus ojos, su aura de pureza, esa sensación que hacía denotar que ella no pertenecía entre esa banda de rufianes. Lo que mas le perturbo de la imagen era como hombres vestidos en trajes de negro le seguían, eso en cualquier lugar e idioma deletreaban la palabra problema.

Por su cabeza paso la idea de dejarla ser, había sido su propio error por aventurarse de manera intrépida aun mundo al que no pertenecía. Fuera curiosidad o bravura inocente lo que la había llevado a la locación, fue por sus propias decisiones. Cuando escucho el romperse de la vasija volteo a mirarla unos segundos mas, dudoso de su reacción.

Al final por la mente le paso de nuevo la conversación que había tenido con el anciano de la tienda, un simple error como ese, ignorar a una persona que necesita ayuda, eso podía hacer que un hombre cruzara la frontera que como chamanes no se debía cruzar. Dio la media vuelta, precavido de que Thanatos lo siguiera del aire.

"Fuego al fuego..."

"Polvo al polvo..."

El huevo cayo en picada en dirección al pecho de Erick, una fusión de almas que habían ejecutado una y millón de veces. La fuerza que le mantenía vivo.

"Ceniza a las cenizas"

De manera rápida y precisa evadió a la gente llegando al medio de la multitud donde estaba la conmoción. Desenfundando la espada en dirección al cuello de quien pedía dinero, y con las llamas de Thanatos rodeando en espirales a los otros dos que habían causado la zancadilla.

"Caballeros tenemos dos opciones, o dejan a mi hermana en paz, o se despiden de su vida mortal"

Gente como esa se empequeñecía en cuanto alguien los afrontaba. En cuanto el jefe, quien pedía el dinero, accedió a dejarla en paz sin mas problema, Erick bajo las llamas de sus secuaces extendiendo la mano hacia donde la chica. Tomo la precaución de rodear a los "hermanos" con sus llamas en caso de que algo sucediera.

"¿Puedes caminar?"

Cuestiono en caso de que tuviera que cargarla.

Los que los rodeaban para evitarse problemas, decidieron irse... algunos pusieron mala cara, pero ante una situación así era prudente mantenerse alejado. De primera se bloqueó y tardó en responder, como si el idioma fuera desconocido pero luego de unos pocos segundos formó las palabras en su cabeza y respondió con su peculiar acento.

- Estoy bien, puedo caminar...- Dijo aún algo nerviosa mientras se levantaba.

Lo quedó mirando con curiosidad, ciertamente haber ido sin compañía había sido una mala idea, por lo menos...no una de sus mejores pero el hecho de ser tan atrevida y mostrar sus habilidades como el joven había hecho no era algo que ella acostumbraba, pero esta vez lo agradeció enormente. Lo analizó rápidamente y en parte le recordó su hermano a quien tanto extrañaba.

Era un shaman, de eso no había duda, se sintió algo culpable por no haber hecho caso a su espíritu, pese a que siempre discutían de forma escandalosa, seguían juntas pero de seguro ella aparecería pronto... siempre lograba encontrarla de alguna u otra manera, el lazo formado entre ellas dos era demasiado fuerte. Miró a los hombres con mala cara y les enseñó la lengua, un claro signo de infantilismo para luego reir.

Ya estaba mas tranquila, por lo que volvió a mirar al joven y le dedico una amplia y amable sonrisa expresándole toda su gratitud. Como esperaba, una mariposa azul cielo apareció, no era notada por nadie... pero claramente un shaman si podía. Se posó en las manos de la joven y esta se tornó de un color azul oscuro casi negro, al parecer estaba muy molesta.

- Mae'n ddrwg gennyf... - Dijo en un tono suave / (1)

Pronto su color volvió a ser natural y con ella una alegría divertida por parte de la joven se hizo presente. De improvisto, ella tomó de la manos a su salvador y le dijo.

- Quiero saber tu nombre...si es que eso no te molesta.- Dijo amablemente.

La mariposa de antes, se poso en el hombre de la joven y esperó. Su aura pesada, había desaparecido.

- Ever... es el mío.-

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(1) - Mae'n ddrwg gennyf : Lo siento.

El vox populi tiende a ser efímero y caprichoso, una vez que el entretenimiento que esperaban de la situación fue extinguido por las armas de Erick, perdieron el interés y se retiro cada quien a su que hacer. El individuo era tan fuerte y especial por si solo, sin embargo era tan torpe y maleable una vez se convierte en una masa de individuos.

Notó que se pudo parar aun sin su ayuda así que en el momento que ella recobro su posición, el enfundo su katana dentro de su saya, no quería cortar algún miembro de un testigo por un error de muñeca.Su espada tenía una filo del cual el podía estar orgulloso, pero no era para cosas como esas que la había afilado.

"Bien, solo sigue el juego mientras salimos de este tumulto de personas"

Mientras comenzaron a alejarse del ojo del pueblo, Erick toco su pecho, extrayendo de mismo el huevo de Thanatos. Tuvo la precaución de no mostrar su espíritu a nadie, quizás el único hueco visible estaba a ojos de la chica a quien había ayudado. Thanatos alzo sus alas y se elevo al cielo nuevamente manteniéndose en vigía, manteniendo un leve enlace espiritual con Erick.

Desde los cielos Thanatos comenzó a reírse de aquella manera burlona que le salía tan natural. No se sabía si se burlaba de Erick o estaba feliz por el desarrollo de su chaman. Cualquiera que fuera de las dos, hacía que una vena se inflamara por sobre la frente de Erick, quien no soportaba cuando se reía de esa manera.

Repentinamente sintió que le tomaban la mano, le tomo todo su sentido de represión no utilizar el mango de su katana para golpear el abdomen de la chica. Ella no tenía aun idea de donde estaba, prueba de ello era como le tomaba las manos solo por la acción que tuvo antes. La confianza de una dama no debía darse de esa manera descuidada, que por ende el tomo acciones para "disciplinar" ese mal habito de ella.

Al preguntar su nombre este tomo como respuesta su katana, sacándola de su cintura, la tomo de la saya y con el mango de la katana le dio un golpe en la frente. No un golpe que le dejaría inconsciente, pero un golpe que le dolería de manera considerable.

"No le tomes confianza a una persona solo por algunas acciones, podría ser solo alguien que quiere tu confianza para aprovecharme de ti"

Guardo su katana de nuevo en su cintura, levantando su saco en el proceso.

"Tampoco le des tu nombre a cualquier extraño, podría pretender que te conoce para hacer cosas que no quieres que hagan."

Con su mano derecha intentaría tomar su mentón para verle a los ojos, con los suyos ocultos bajo su mascara. Le miro atentamente unos segundos para agregar.

"Ojos tan bellos no pertenecen a este mundo, te guiare a la salida y espero que vayas calladamente a tu casa"

Comenzó a guiar el camino, esperando que ella lo siguiera calladamente.

"Casa" algo que no estaba a su alcance de momento, se sintió ofendida, avergonzada, humillada... por los que sus claros ojos azules se humedecieron, más sin embargo no quería dar el placer de que la vieran llorar. Sintió como ese intolerable nudo se formaba apretando su garganta, quería huir pero no conocía el lugar, reprimió unas enormes ganas de abofetear a aquel imprudente joven que se había atrevido a invadir su burbuja personal, pero desistió una vez respirado hondo para calmarse.

Necesitaba a su hermano, pero ahora estaba sola y tendría que arreglárselas para sobrevivir en un país diferente y totalmente desconocido para ella. Después de algunos segundos, enfrió su mente para despejar las ideas, en parte las palabras de aquel joven eran ciertas, pero tenía algo que cumplir a como diera lugar y no podía irse tan fácilmente.

- Si fueras una mala persona, no me habrías ayudado... y no me darías aquellos consejos tan extraños.- Dijo con un tono amable pero suave. Otro mal hábito, no medía la consecuencias de sus palabras.

- Quiero saber tu nombre, es mi condición por perdonarte el que me hayas golpeado...- Dijo de manera infantil, si bien su intento de parecer enojada era lástimero y poco creíble, por dentro era frágil.

No sabía si seguirlo, ella necesitaba encontrar cierta información y el quería alejarla para que no se metiera en problemas pero de seguro luego aquel joven regresaría al lugar una vez la dejara afuera y sola.

Su misión era complicada, de afirmar sus peor miedo... tendría que buscar al responsable. Era alguien que claramente no estaba acostumbrada a un mundo cruel y sin salidas, por lo que no sabía donde comenzar. Era de noche y los minutos transcurrían lentamente haciendo que estos parecieran horas, sacó un frasco anaranjado y tomó unas cuantas píldoras para mantenerse despierta, se estaba cansando pero no podía permitirse ese lujo.

" Se fuerte... Se fuerte"- Se repitió una y otra vez mentalmente, ante todo ella siempre mostraba una sonrisa no importa cuan mal marcharan las cosas y este día no sería la excepción por más malo que hubiera sido.

- No puedo irme todavía, estoy buscando... mmm, algo que necesito y me hablaron de que aquí sería un buen lugar para comenzar. Por favor, no me hagas irme...- Lo miró esperanzada de que pudiera entenderla no se podía pasar por alto de que sus ojos reflejaban decisión.

La incertidumbre la envolvió e vista de que no conocía nombre ni rostro de aquel joven a lo que volvió a preguntar con timidez y algo de miedo a que él fuera reaccionar de forma inesperada nuevamente o la fuera a golpear.

-¿Quién... eres tú?.-

Pronto sintió que ella no lo seguía como le había pedido, giro el cuerpo para volverla a mirar, solo esperando que no hubiera salido corriendo a la distancia como una niña pequeña haría. Afortunadamente no fue así, solo estaba allí, parada con los ojos al borde de las lagrimas. Un poco de culpa le recorrió el brazo con el que la había golpeado, pensó que se había retenido lo suficiente como para no hacerla llorar, pero se había equivocado; o eso daba a parecer la chica.

Erick se acarició la nuca algo frustrado por la situación, desde su pequeña hermana que no tenía a nadie quien llorara frente de el y al mismo tiempo lo hiciera sentir culpable. Las lagrimas honestas le sentaban como cianuro en las venas, realmente odiaba hacer llorar a alguien que fuera inocente. Decidido camino hacia donde ella para escuchar los términos de su "negociación", para ser perdonado.

"Soy una mala persona, nunca olvides eso"

Recalco a la chica antes de que se formara imágenes falsas de él como héroe, o amigo. Estaba tan lejos de lo primero como se podía y de lo segundo, pues... ella tendría que decidirlo después de conocerlo en realidad. No solo como un fantasma que vagaba por los mercados negros.

"Mi nombre, puedes llamarme Enygma por el momento"

Le había dado su apellido y primera letra de su nombre, aun cuando fueran los falsos, de manera secreta en ese apodo que usaba a la hora de pedir trabajos de exorcismo. Quizás luego, si llevaban una clase juntos, ella podría relacionar la sigla y apellido y saber su verdadera identidad como compañero de clases.

Sintiéndose perdonado(?) suspiro y comenzó de nuevo a caminar a donde la salida. Pero de nuevo la señorita había pedido mas términos a la negociación. Al escuchar su intención no sabía si clasificarla como temeraria, valiente o simplemente tonta. Pero de pronto todo cayo en su lugar, ella como el también buscaba algo, algo que no tenían los medios de encontrar en otras partes. Se podría decir que simpatizo con su causa, pero aun estaba inseguro de que fuera una buena idea de que ella permaneciera mas tiempo ahí.

Se acerco un poco mas a ella y la miró un par de veces, examinándola, definitivamente se notaba que no era una chica mala, a decir verdad parecía el tipo de niña que anunciaría obras para niños en la televisión. Eso iba a ser un gran problema.

"Si realmente tienes que entrar a este mundo tenemos que hacer algo con tu apariencia..."

Se quitó el saco y se lo ofreció, obviamente le quedaría unas tallas mas grande, pero esa era la intención. Al verla con un saco de hombre, y en ese caso el siendo el hombre, podrían pensar que ella era una de esas chicas de gangsters o mafiosos. Haciéndola resaltar menos en el lugar.

Le ofreció su brazo, no tan feliz como un hombre debería de estar por tener a esa hermosa chica en su brazo, pero aun así lo hizo con cierta cortesía.

"Aquí esta el trato. Yo también estoy buscando algo, así que iré por donde están los soplones del lugar. A donde yo voy tu sigues, ¿esta claro? Puedes preguntar a cualquiera que yo te diga le puedes preguntar, no hables con nadie mas."

Esperaba que con eso le bastara a la chica, como para entender el rol que esperaba que ella tomara.

Ever era una joven noble que jamás en su vida había sido expuesta a trabajos de ese tipo, ni en sus peores pesadillas se lo había imaginado pero era necesario. Su vida siempre estuvo ligada con la paz salvo un oscuro secreto que guardaba con su vida. Tuvo una amarga sensación de sentir que no encajaba, sentimientos a los cuales no estaba acostumbrada, se sentía muy sola ...y mal con ella misma por no tener más experiencia como su nuevo "compañero" si es que podría llamarse así, ahora entendía porqué nunca su hermano le permitió visitar el bajo mundo.

- Lo siento, no quería...ofenderte, es que pensé que tal ves eras diferente...- No pudo mirarlo, sintió una punzada de culpa que se reflejó en su rostro, algo que no admitía con facilidad.

No sabía porqué clase de mujer él la tomaba, pero no era tan pequeña... pronto cumpliría su mayoría de edad, puesto que solo tenía 17 años, quizás lucía menor debido a que era totalmente inexperta e inocente al mundo que se abría ante ella. Cierta parte de ella se sentía frustrada, no sabía como darse a entender, así que solo prefirió seguirlo en silencio sujetando su brazo como quien se aferra a una almohada.

- Yes...tad.- Dijo a regañadientes. /(1)

Le pasó una fotografía donde se distinguía un hombre adulto de aparentemente unos 30 años de edad, ojos azules, cabello negro, en general muy parecido a Ever, solo que este tenía una mirada despiadada y frívola, usaba anteojos y no sonreía.

- Es el hombre que busco... ¿tu también buscas a alguien?.- Dijo tímidamente. Después desvió su mirada, no quería incomodarlo.

Ella observaba con cautela a todas las personas y trataba de prestar atención a cada palabra que decían, quizás le serviría. Entre ellos pudo divisar una mujer escasamente vestida que acompañaba a un señor con antifaz. Sintió como sus mejillas ardían y se sonrojó, intentó ocultarlo aunque sin éxito alguno, pero al mirarla nuevamente, fue cuando recordó que antes la había visto en una lista... tenían que ser personas importantes, esto hizo que se sintiera intrigada y quiso acercarse para preguntarles directamente, tenía que saber.

Su rubor seguía presente, aquella mujer era realmente bella y sus atributos se hacían notar, pero no parecía vulgar a diferencias de otras personas.

- ¿Quienes son ellos?.- Preguntó inocentemente.


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(1) Tad: Papá

Definir el bien o el mal, es un asunto tan subjetivo que inclusive se podría decir que entre demonios hay algunos buenos, o entre ángeles los hay malvados. Todo dependiendo del cristal con el que se mire, puesto que la historia puede ser interpretada bajo los ideales y fundamentos con los que creciste. En el caso de Erick, el se había marcado con la cruz de la maldad por mas de una razón. Pero la que lo había marcado desde la infancia era no poder evitar la muerte de sus padres, aun cuando nada pudo haber hecho. Sintió que había traicionado a su familia al no poder pagar un precio, que si tan solo el hubiera muerto ellos seguirían felices y con vida.

Suficientes traumas de la niñez, en el presente el comenzaba a sentir una rara sensación en el brazo. No solo era la sensación de que no lo podía mover con libertad, si no también sentía algo muy cálido y suave. Bien había dicho que ella ya no era una niña, si no una propia señorita de 17 años, obviamente su cuerpo ya estaba creciendo en partes que no debería presentar a otros hombres. Por alguna razón se le dificultaba regañarle por eso, ya que para ello tendría que delatar la sensación que tenía en el brazo, cosa que podría ser problemática en mas de una manera. Gracias a su mascara y a sus habilidades de actuación, su sonrojo no alumbraba la noche como un semáforo pidiendo el alto de los vehículos. Si aunque no lo crean, aun cuando ha vivido mucho de su vida solo, jamas tuvo encuentros casuales con chicas como el que estaba teniendo en esos momentos.

Por un momento se cuestiono el acento y las palabras que usaba ella de vez en cuando. El por su parte tuvo que viajar desde Estados Unidos hasta aquí, y por ende había escuchado una multitud de acentos y dialectos. El de ella era fuerte y algo difícil al oído, de primera instancia podía decir que era europeo. Pensó en que fuera alemán, pero recordaba que el alemán era muy similar al ingles, la lengua que ella hablaba no. Quizás Polaco, Irlandés o Galés, cualquiera podría quedarle.

Al recibir la fotografía de ella se decidió por Gales, el entorno alrededor de la fotografía le recordaba a ese país. Gracias a esto supuso que ella entendería ingles, dado que es la segunda lengua nativa de la nación. Así que cuando pregunto que buscaba el respondió.

"An abominable beast, a fiendish demon, a murderer..."

Le regreso la fotografía antes de que la aplastara con su puño tras recordar a quien buscaba. No era bueno para ocultar sus emociones cuando se trataba de aquel a quien buscaba. La rabia inclusive le bajo el sonrojo que Ever había propiciado con su hermosa anatomía. Algo bueno para el y a la vez malo, ya que en cuanto ella le soltó para ir a hablar con una extraña no tuvo esa falta de sensación del cuerpo de ella en el brazo. No fue si no hasta que giro la vista que notó que se alejaba.

Llevó su palma al rostro y pregunto a cualquier dios que lo pudiera escuchar, el porque le habían dado a la niña mas dulce, pero tan valientemente tonta. Camino detrás de ella, solo como precaución, no quería que la volvieran a tropezar y hacerla pagar una fortuna; o un cuerpo. Ya cuando volviera, volvería a aplicar otro correctivo.

"No se y no me importa..."

Respondió a la pregunta que supuso iba para el, alcanzándola y poniéndose a sus espaldas. Delicadamente tomo el oído de Ever y con todo el cariño que pudo evocar lo halo hacía arriba de manera dolorosa.

"¿Qué paso con eso de a donde yo voy, tu sigues?

Pregunto con un tono levemente molesto.

Se quedó algo sorprendida ante las palabras, lo entendía perfectamente aunque su acento era claramente americano, ¿que más ocultaba?, a pesar de todo lo que le había dicho, no podía verlo como alguien malo, de hecho le simpatizaba excepto su demasiado bien tomado rol de "hermano mayor" donde la hacía desear ser mas grande y fastidiarlo.

Bien sabía que él tenía todo el derecho del mundo a ocultar su identidad, pero quería ver su rostro... quería conocerlo, le resultaba una persona "misteriosamente cruel" si es que podía llamarse así, se llevó su mano a sus labios y se mordió el dedo pulgar mientras trataba de apaciguar esas ganas enormes que tenía de quitarle la máscara sin aviso alguno para revelar su rostro.

Un monstruo, eso dijo que buscaba, ¿por qué?, tenía demasiadas preguntas y reprimió esas ganas de preguntar por temor a que fuera a incomodarle o a regañarla, pero todo eso careció de importancia en cuanto sintió ese horrendo y doloroso jalón de oído que él le había propinado.

De manera instantánea e instintiva, dio media vuelta y con su mano izquierda golpeó la mano del joven para poder liberarse de aquel doloroso castigo que le había impuesto. No pudo controlarlo, así que las palabras simplemente salieron disparadas de su boca.

- Stop it! Gaspar detente! - Le gritó molesta.

Tan solo fue un segundo lo que su enojo duró cuando se dio cuenta de lo que había dicho, se mantuvo en silencio y su mirada pareció perdida unos segundos... tardó algunos minutos en reaccionar para decir.

- Lo siento, no volverá a suceder... de verdad siento mucho si te ofendí de alguna forma, no era mi intención.-

Si bien su forma de ser era espontánea, alegre e infantil... ahora se veía algo apagada y seria. Siguió caminando a su lado pero en silencio, quería al menos tomarle la mano pero no lo hizo, aún tenía en su cabeza muchas preguntas que deseaba hacerle pero ya no estaba tan segura, quizás sería una mala idea, además supuso que no era el tipo de persona que le gustaría responder un cuestionario acerca de lo que a ella se le ocurriera, así que solo se limitó a seguirlo mientras dejaba escapar un suspiro lleno de decepción y amargura.

- ¿Donde podemos ir... a preguntar?.-

"¿Gaspar?" , no había entendido lo que sucedió pero algo era seguro. Su cubierta se había esfumado tras el grito dolorido de Ever, miro hacía todos lados notando como todos devoraban la situación con los ojos. Ya no era seguro ni para él, ni para ella estar en el lugar. Si bien podía volver a usar la misma excusa sobre la falsa hermandad entre ellos dos, los soplones se alejarían de ellos solo por parecer sospechosos. El mal no era lo único presente en el lugar, había entre ellos emisarios del bien disfrazados para obtener historias de terror que incriminaran a los culpables de un juicio. Eso parecían ellos ahora, quedarse mas tiempo allí solo provocaría que los persiguiesen como ratas y delatores, y él no tenía la confianza de protegerse a si mismo y ella ante una multitud.

"En ningún lado..."

Se acerco a ella con toda la intención de abrazarla, un tipo de reconciliación entre parejas improvisada. Lo que en realidad era una posición optima para que el pudiese acercar su boca a oídos de ella y susurrarle.

"No podemos quedarnos aquí mas tiempo, con ese ultimo escándalo ya no parecemos lugareños ni tu ni yo"

Las ansias que ella sentía de tomarle la mano, pronto se vieron cumplidas cuando el tomó su mano con fuerza, por miedo de ser separados. Debían salir de ese lugar rápido, por lo que el comenzó a caminar de manera apresurada, esperando que no lo soltara ni mirara hacía atrás.

Era posible que Ever no quisiera marcharse aun, como antes había dicho, ella estaba ahí por una razón y no se marcharía hasta tener pistas del hombre de la fotografía. Consciente de eso Erick giró la cabeza y le explicó.

"No te preocupes por tu información, este lugar estará abierto un buen tiempo, podremos venir en otra ocasión. Te preparare para esa situación"

No se sabía si era la adrenalina en la situación, que él había simpatizado con su causa, o simplemente estaba trastabillando, pero había acordado encontrarse con ella por lo menos una vez mas. Los que lo conocían de alguna manera, sabían que el no tenía ese habito. Era curioso verle mas de un par de veces por semana, a menos que fuera algo relacionado a su trabajo. Pero que el mismo aceptara encontrarse con alguien una segunda vez, era peculiar por decir lo menos.

Si ella le seguía como el esperaba, pronto encontrarían la salida, ahí su motocicleta estaría esperándolo. Esta tenía suficiente espacio como para llevarla de pasajero, y el cargaba con dos cascos. Así que, quizás en una especie de muestra de modales, el preguntó.

"Si no tienes una mejor manera de llegar a casa, ¿necesitas que te lleve?"

Le mostró el casco adicional de la motocicleta para que ella lo viese y lo tomara si es que aceptaba la oferta.

Sucedió tan espontáneamente que apenas tuvo tiempo para reaccionar. Los brazos del joven eran cálidos y por un momento creyó estar en casa, pero no... su ilusión fue rota apenas le tomó la mano para escapar del lugar, con ella dejaba atrás una oportunidad de averiguar sobre lo que le habían encargado, sabía que volvería pero no era suficiente para que no se decepcionara. Había arruinado todo, al menos eso creía.

- Gracias, igualmente iba a regresar...-

Al cruzar la puerta. Un gélido viento comenzó a soplar, eran ya altas horas de la noche, la luna era nueva y estaba enrojecida, se podía sentir extrañas presencias merodeando cerca. Quizás monstruos de clase menor, pero de igual forma era peligroso.

"Si no tienes una mejor manera de llegar a casa, ¿necesitas que te lleve?"

Palabras que resonaron en su cabeza una y otra vez, ella estaba en un país distinto y sola... no tenía forma de llegar a casa, por lo menos de momento. Debido a su condición y problema, la única alternativa que le quedaba era saber mentir y esperar que él se creyera su historia, no podía decirle la verdad, le avergonzaba... ella era una mujer que había aprendido a caminar en la noche, debido a su problema o "enfermedad", si es que puede llamarse así, no podía dormir, no podía ni siquiera soñar carecía de algo tan común para los seres humanos que no era normal.

Ella se quitó el saco que le había prestado como "disfraz improvisado" y se lo regresó, este aún mantenía el calor del cuerpo de la joven. La mariposa azul de antes apareció solo para volverse a alejar y esconderse en lo alto de unos arboles, no visible para nadie, ni siquiera para los ojos de su dueña.

El poder espiritual de la joven fue absorbido de golpe por aquella mariposa lo que la hizo palidecer más y tambalearse un poco. La mariposa tomo otra forma y de los árboles solo se pudo distinguir unos enormes y amenazantes ojos rojos, su espíritu había vuelto a su forma original más sin embargo sin intención de atacar, no tenía interés alguno en el joven y no le haría daño ya que a Ever le agradaba, sino había "retocado" su figura para lo que seguramente vendría después.

- Alice... es demasiado- Susurró, mientras que dirigía una mirada a los arboles.

Se sujetó un poco el pecho y se afirmó se una baranda que estaba cerca de ella. Fingió reírse y estar en calma.

- Este... mmm, mi casa... gracias, está situada en las afueras de la ciudad por allá.- Señalo con su mano en una dirección totalmente opuesta debido a que no conocía nada, la dirección señalada por ella dirigía totalmente al corazón de la ciudad.

- Es muy tarde, debes estar cansado... no quiero retenerte más, creo que ya di suficientes problemas.- Se rió y se acercó a el con la mejor intención, con delicadeza, esperando a que no se enfadara le quitó la máscara revelando su rostro y besó su frente. En su país al menos, en su "hogar"... era una muestra de cortesía, nada más.

Thanatos aun en los cielos notó el despliegue de poder espiritual, no sabía la forma del espíritu acompañante de ella, por lo que se incomodaba un poco y los había seguido. Pronto Thanatos percho en una de las ramas, aun en su forma de huevo, del mismo árbol donde estaba el otro espíritu. No le miro, ni si quiera lo intento, solo quería dialogar con ese espíritu de ojos rojos.

"Ella no es buena para mentir..."

Rompió el hielo de la conversación mirando a ambos chamanes en el transcurso de lo que parecía una despedida. Era raro que Thanatos hablase a otro espíritu sin que este le hablara primero, pero esta vez fue mas como una advertencia de su presencia. En caso de que aquel conejo super desarrollado se le ocurriera alguna acción chistosa en contra de su chaman.

Erick notó de inmediato que ella apunto a todos lados menos a donde estaban las afueras del pueblo. Lo cual lo hizo dudar sobre la verdadera identidad de su compañera de conversación. En los segundos que transcurrió esa duda, fue que ella tuvo la oportunidad de des-enmascararlo, de otra manera el hubiera reaccionado con el reflejo de mover el rostro. Lo único que sintió fueron los suaves labios de la chica presionándose en contra de su frente. Era una sensación extraña, mas no mala. Le recordaba a cuando su madre lo hacía en un momento de felicidad o cariño espontaneo. No supo como reaccionar ante la acción por lo que solo la miro unos segundos después de lo sucedido.

Finalmente su me te se aclaro y como única acción que tuvo fue ponerle el casco con un movimiento simple de mano. No le importo mucho si ella traía adornos de cabello o como lo traia arreglado solo se lo puso.

"Eres una pésima mentirosa..."

Recalcó lo que su espíritu había mencionado mientras el mismo se ponía su caso, al mismo tiempo que le reemplazaba el vidrio polarizado por uno transparente.

En el árbol Thanatos se rió a lo que dijo Erick, puesto que ambos pensaron lo mismo. Ya mas calmado al notar que el espíritu ajeno no tenía intenciones, o no le era permitido lastimar a su chaman. Se podría decir que mantuvo la cortesía de no mirarlo, pero a la vez de el solo se notaba un par de llamaradas en el árbol.

"Por fin, podre regresar a tiempo para ver Lie To Me"

Olvidaba recordar, que Thanatos había desarrollado un gusto por las series de televisión, quizás el primer espíritu que había aprendido por su cuenta a usar un control de televisión.

Erick encendió la motocicleta y se sentó de piloto, miro a donde la chica, y sin ningún tono de pregunta replicó.

"Ahora que sabes mi identidad no puedo dejarte ir. Súbete..."

El plan era simple, dejarla en un hotel, asegurarse de que no dijera nada en la academia acerca de quien era y que estaba haciendo ahí.

A Ever podían describirla como alguien normal de su edad, cariñosa, algo inocente, alegre, curiosa y... muy curiosa por sobre todo, pero su espíritu era totalmente lo opuesto. Alice era excesivamente seria, fría, sádica y por sobre todo cruel, le gustaba jugar con sus oponentes, exprimirles hasta la última gota de agonía cuando sus "objetivos sin salvación" eran decididos, solo hasta que estos le imploraran piedad ella muy gustosa se las daba y los asesinaba.

Una "cualidad" que por supuesto Ever reprendía siempre y por lo mismo castigó severamente negandole su forma humana, un castigo que duraría toda la eternidad de ser necesario. Aún así, han sabido entenderse y formar un lazo a base de amor-frustración, Alice no es de sentimientos por lo que incluso hasta el día de hoy les cuesta llegar a acoplarse, nunca pueden estar 100% sincronizadas en batallas debido a la extrema diferencia de personalidades.

- Traidora...- Dijo Alice, claramente se refería a su shaman, no tenía intenciones de conocer ni siquiera por estrategia al espíritu acompañante del joven que acompañaba a Ever.

En ese momento, todo parecía una pérdida de tiempo. Estaba molesta muy molesta, había regresado a su forma original y se mantenía así solo por el hecho de tenerla cansada, estar en su forma original y gastar innecesariamente furyoku debilitaba a Ever cada vez más.

- Pues no esperes que te pida perdón por ser tan mala mintiendo...ni a ti tampoco- Dicho lo ultimo miró a Alice a lo lejos, estaba algo molesta, pero como siempre ni siquiera en enojarse tenía éxito.

Se ruborizó y se sintió extraña al notar que le ponian un casco. El tono de "orden" que le estaba imponiendo aquel joven le pareció severo, como si estuviera molesto, por lo que su cuerpo reaccionó solo sin que ella pudiese evitarlo y se subió a la motocicleta con él. Maquinas extrañas, mucho ruido... la perturbaba en cierto modo por lo que se aferró fuertemente y se apegó a el sin lastimarlo de manera suave, tenía un poco de miedo y más por las últimas palabras que este había dicho. Ahora en verdad temía de que le fuera a hacer algo.

- No me estás secuestrando...¿cierto?, no diré a nadie tu identidad, ni siquiera me has dicho tu verdadero nombre porque ¿que clase de nombre es Enygma? .- Dijo claramente nerviosa.

Se calló tan solo por unos instantes, cuando sintió nuevamente como su energía era absorbida por Alice, quizás esta vez tenía razón, en como siempre, al enojarse... Se sentía débil y se dejó un poco descansar sobre la espalda de su acompañante, tenía agitado el corazón, incluso ella podía sentirlo latir fuertemente, se sentía mareada, sabía que era un acto infantil por parte de su espíritu acompañante, asi que comenzó a cantar suavamente... como en susurros, palabras que el viento se llevaba para calmar a Alice, tenía que hacerlo antes de su enojo fuera mayor.

Miro a los ojos de Ever antes de comenzar a acelerar la motocicleta, con el propósito de que ella estuviera bien sostenida y con el casco bien puesto. Lo que noto en cambio era ver como su complexión decaía. Su piel era pálida, su postura era frágil, sus ojos perdían lustre, realmente parecía que un tren la hubiese arrollado. Pensó si en cualquier momento alguien podía haberla abandonado, el único momento en que alguien que no fuese el la había tocado fue cuando los hombres le tropezaron. A menos de que tuvieran jeringas en los zapatos, no había forma de que ella se hubiese envenenado al momento. Debió ser en otro momento, pero cualesquiera que fuera la situación, esto se estaba poniendo feo. Apago la motocicleta unos momentos, y concentro su energía espiritual en un dedo, lejos de la vista de ella. No tenía la menor idea de que ella fuese un chaman o mucho menos, pero un tratamiento rápido para cualquier persona que lucía decaída era infusionarle energía; lección aprendida en las calles. Pronto una flama azul se formo en su dedo, alrededor del 20% de su energía estaba en esa flama. Se giro en dirección a ella y con un solo aviso de.

"Vas a sentir mucho calor por unos momentos"

Llevo su dedo a la posición del tercer chakra en su cuerpo, justo en el plexo solar. Planto su propia energía espiritual en ese punto para que alcanzara un máximo flujo en su cuerpo, siendo llevado por los canales principales de energía a donde fuera necesaria.

"Eso te ayudara en lo que llegamos a un lugar a revisarte"

Le cambio el tono de voz a Erick, ya no sonaba tan molesto, sonaba curiosamente preocupado por ella. Quizás era solo la necesidad que tenía de no ver mas muerte, pero realmente no le gustaba ver a gente debilitada. Prefería agotar los medios de ayudarla, antes de dejarlas en el piso sin fuerza. Pero también parte de ese cambio pudo ser un leve debilitamiento de su parte, obviamente al compartir parte de su energía el perdería un tanto.

Acelero la maquina con rapidez a la ciudad, no tenía intenciones de llevarla al hospital de la ciudad. Explicar como es que una chica de su edad había sido probablemente envenenada, o atacada por algún hechizo sería demasiados problemas. En su lugar la enfermería de la escuela contaba con el suficiente equipo para reanimarla en cualquier situación que se pudiera presentar.

Mientras tanto en el árbol, Thanatos comenzó a elevarse en los cielos con sus alas.

"Je sera divertido ver morir a esa chiquilla, pero una advertencia si absorbes la energía que el le acaba de dar a tu chaman, arderás en llamas. ¡Jajajaja!"

No se sabía si el huevo lo había dicho en serio o había mentido al respecto, pero ignorarla advertencia seria mas tonto que sabio. No por nada el dirigía palabras a extraños. Pronto desapareció en el cielo de la noche, atrás de su chaman en vuelo como una bala de plata.

Sintió como una cálida energía la rodeaba, era tan reconfortable, tan amena que por primera vez en mucho tiempo, en muchos años... sintió la necesidad de dormir un poco, lástima que no podía permitirse ese lujo. Ya estaba mejor, mucho mejor... sus ojos volvían a tener ese particular resplandor y su color ahora era mas natural.

Ahora tenía que evitar otro problemas, dios... detestar, aborrecer, odiar, palabras que eran pocas e insuficientes para describir el sentimiento que le provocaba a Ever cualquier sinónimo de "doctor", realmente no le agradaban, solo iba cuando la urgencia era extrema en todo sentido de la palabra, ya que siempre le hacían estudios de más y la obligaban a dormir, cosa que en verdad era pésima idea.

No estaba enferma, no tenía enfermedades de sueño, tan solo era un trastorno que se daba en personas que habían sufrido un trauma fuerte que le provocaba bloqueo, el de ella estaba siempre ligado a la noche, al momento de dormir... por eso ya no lo hacía.

- Este... "Joven Nameless", me encuentro mucho mejor, no hay necesidad de llevarme a ningún sitio para que me revisen...- Dijo algo nerviosa, se refería a el como Nameless puesto que aún desconocía su nombre, no lo llamaría de otro modo.

- De todas formas, aún no me respondes... ¿No me vas a secuestrar cierto?, dije que tu identidad no la diría a nadie, lo prometo y creo que es un buen momento para decir que yo... nunca rompo una promesa.- Dijo sonrojada.

No muy lejos de ellos, Alice veía como "trataba" de resolverse todo. Desde pequeña, esa niña tenía la peculiaridad de verla y no solo eso, pese a muchas amenazas que esta le hizo, ella no la dejaba tranquila, era absurda la situación... una niña humana "acosando" y asustando a un espíritu. Por más que intentaba alejarla, maltratarla, asustarla y atacarla... Ever seguía ahí para ella, una cualidad que la misma Alice reconocía y la intrigaba, un ser humano, algo tan inferior a ella... el tan solo hecho de importarle uno, era demasiado.

- Si quieres verla muerta bien, aunque sin mi ayuda puede que ella misma se ocupe de algo como tú.- Le dijo al otro espíritu acompañante sin rodeos, ella estaba dispuesta a pelear si era eso lo que él buscaba.

- ¿Arder en llamas?, por favor! ¿Qué clase de patético intento de amenaza es ese?, Si quisieras hacerme un mínimo de daño, te recomendaría atacar a esa niña humana... pero si aún insistes con tu pobre juego, lo aceptaré.- Si se daba la ocación para una batalla no la rechazaría, había pasado tanto tiempo reprimiendo sus verdaderas intenciones por culpa de Ever que liberarse una noche no le sentaría nada mal, incluso podría servirle como práctica.

El espíritu había entendido algo mal, Thanatos no tenía la mas mínima intención de herir a la chica. Ni si quiera le resultaba lo suficientemente interesante como para torturarla, lo que el hacía referencia con su muerte era al hecho de que el espíritu drenaba cantidades importantes de energía espiritual; suficientes como para asesinar a su propio chaman. El sabía que existía la posibilidad, en un momento el casi lograba ese mismo cometido con Erick, lo que resulto en que el mismo Erick absorbiera esa energía de regreso mediante el lazo que compartían. Pero el huevo no se intereso en clarificarse a con la conejota, realmente no tenía necesidad de ello. De hecho ya había salido en vuelo para cuando la otra había si quiera pensado en responderle. En cuanto al hecho de que la chica pudiera sostener su propio frente en contra de Thanatos, realmente la conejota se dejaba guiar por las apariencias. Pero nuevamente, si el espíritu ajeno no confiaba en las advertencias de Thanatos, el no se haría responsable de las consecuencias.

Mientras tanto Erick seguía conduciendo la motocicleta. Aun con el sonido del motor, ambos podían platicar de manera clara gracias a unos micrófonos y audífonos implantados en los cascos. Estos proveían de cierta cancelación de sonido, y de un sonido bastante claro, tanto al momento de hablar como de escuchar.

Con el comentario que ella dio, el entendía que realmente quería escapar o que por alguna razón odiaba los hospitales. Cualquiera de las dos no era suficiente razón como para dejarla escapar. Borrarle la memoria no era una opción, ya que la única manera que conocía para hacerlo era darle una fuerte concusión. Así que no había mas remedio a que forzarla a prometer que no diría nada.

"Aun no tengo motivos para confiar o desconfiar de tu palabra, y mientras no pueda aseverar que realmente puedo confiar en ti, simplemente usare una cierta estirpe de métodos"

Lo había dicho de cierta forma intimidarte, aun cuando para sus adentros sabía que no sería capaz de ni si quiera golpearla sin que ella se intentara defender. No estaba en su naturaleza brutalizar a una mujer quien no tenía medios de defensa. Claro el pensaba eso, puesto que no sabía que ella era una chaman, como el.

"No te preocupes por los médicos, yo tampoco confió en ellos, solo te llevare a un lugar donde pueda revisar que estés bien"

Esta afirmación era algo capciosa, el estaba probando cual de las ideas que tenía era cierta. Ya fuera el hecho de que ella quería escapar, o el hecho de que ella odiaba los hospitales. Dependiendo de su respuesta el obtendría valiosa información.

Probablemente para ese momento, la chica también se daría cuenta de que un huevo plateado los venía siguiendo a bastante velocidad. Expulsando flamas como propulsores Thanatos ya casi estaba a la misma altura horizontal que ellos.

Alice, tan solo observó como aquel espíritu se alejaba, no podía decir que lo odiaba ya que ella no se inmutaba siquiera en sentir rencor hacia algo que consideraba patético e inútil. No era algo personal, simplemente era su forma de ser, fría, ella tenía un gran complejo con el mundo y de superioridad, consideraba que tener sentimientos era inservible, esto contradecía totalmente con el pensamiento que tenía sobre Ever, ella de cierta forma la... perturbaba, pero su ego le decía que aquellos que poseían corazón, eran débiles y por lo tanto debían perecer con el tiempo.

Selección natural, de algún modo su pensamiento se aplicaba a ello, "la supervivencia del más fuerte", cualquiera que fuera la razón, respondió.

- Cobarde... - Dicho esto, desapareció igualmente. Volvió a sumirse en la forma tierna de una mariposa, algo que le gustaba mucho a Ever.

Apareció al lado de la motocicleta, su velocidad era increíble, propia de la especie que podía considerarse que era, de la mariposa desprendía un aura oscura y negativa y esto mismo le daba ciertas habilidades para poder hacer cosas simples como por ejemplo, alcanzarlos.

Volviendo con Ever, ella no sabía que hacer... se aferraba fuertemente a él, por temor a caerse, las motocicletas le causaban cierto repudio, eran incómodas y por sobre todo ruidosas, algo que detestaba, pero fuera de eso le agradaba la temática, la construcción... el solo hecho de saber como reparar y desarmar algo, lo veía como un desafío o un hobbie para su pequeño deleite personal.

Su corazón latía rápidamente, a la única persona que había abrazado de ese modo era a su hermano a quien extrañaba demasiado, era como su pequeño corazón fuera a salirse de su cuerpo, al menos eso sentía ella... al mismo tiempo, rezaba por que él no se diera cuenta.

- De verdad, no diré palabra alguna...te lo prometí.- Hablaba en serio, una promesa para ella era algo valioso que debía respetarse, ella confiaba demasiado en la nobleza de las personas y por ende pensaba que todos eran iguales, sin malas intenciones.

No creía en dios, pero si existía uno le rogaba que por favor, encarecidamente que aquel joven tan amable cuyo nombre increíblemente a estas alturas aún desconocía, no la llevara al doctor. Sería exponerla demasiado y ella quedaría vulnerable como un libro abierto donde cualquiera puede leer y usar esa información para tener beneficios. Siempre que la revisaban, pasaba a más... donde tenía que sacarse la ropa y explicar una curiosa cicatriz en su espalda, por ello siempre trataba de cubrirla.

A última instancia en caso de que efectivamente llegaran a algún centro médico asistencial, ella ...escaparía, pero no era una opción que le agradara, también era difícil confiarle un secreto para que entendiera su situación, tenía que saber como explicarlo sin tener que hacerlo al mismo tiempo.

- Yo...realmente estaré bien.- Intento mentir nuevamente aunque era de verdad pésima en ello, con sus palabras intentaba que al menos retrasar un segundo todo, hacerlo dudar de si llevarla o no.

No se había dado cuenta, realmente cuando se sentía fuera de lugar olvidaba todo lo que sucedía a su alrededor, pero pudo ver a otro espíritu envuelto en llamas cerca de ellos.

- "Lo está...siguiendo a él"- Pensó que tal ves aquel joven era un shaman igual que ella, no lo sabía pero ese espíritu le llamaba mucho la atención, como un recién nacido que por primera vez ve la luz. No sabía si debía preguntarle, quizás seria una mala idea... pero quería hacerlo de igual forma.

- ¿Tu también eres un shaman?.- Preguntó curiosa.