Primera vez*

No le gustaba llamar demasiado la atención, así que entró casi de forma "furtiva" a la escuela y de alguna u otra manera terminó en la azotea. Quedó abrumada por la increíble vista panorámica que poseía. Su cabello largo se mecía suavemente mientras que se acomodaba en una baranda para contemplar mejor todo. A los lejos pudo divisar una ciudad, otro día sería para visitarla... ya que por ahora tenía otros planes en mente.
Se sentía tan relajada allí pero a la vez una cierta incertidumbre comenzaba a inquietarla, era una mezcla de sensaciones completamente diferentes y debido a lo mismo era algo que ella no podía explicar con palabras.

- Espero la noche no sea larga, ya casi está por llegar...- Dijo casi en susurros para ella misma.

El ocaso la acechaba mientras el cielo se teñía de un color anaranjado y rojo carmesí. Las primeras estrellas parecían asomar levemente, pero no era suficiente para que las luces comenzaran a encenderse hasta seguramente algunos minutos mas.
Un viento cálido sopló formando un pequeño remolino en la misma azotea pudiendo levantar algunas hojas de un enorme árbol que estaba cerca y caían al suelo para amontonarse.

En la puerta que conectaba a la azotea con la escuela estaba una persona, su aspecto de alrededor de alguien de 20 o un poco más, gafas y cabello oscuro. Vestía de manera muy formal para tratarse de un simple alumno, pero tampoco daba la impresión de ser algo más.

- Disculpe, pero debo preguntarle que es lo que hace aquí y luego subiendo de esa manera... - Caminó hacia la chica.

No parecía a simple vista ser peligroso pero su semblante era serio y frívolo.

Comenzaba a oscurecer, el sol bajaba lentamente mientras que Frederick se detuvo a unos cuantos pasos de la chica. En definitiva, si se trataba de un enemigo de la escuela, no dudaria en atacarle.

Volteó a verlo de manera seria al principio y lo estudió, su presencia hizo que se estremeciera y desconocía el motivo, había algo en el que no le inspiraba demasiada "serenidad" pero eso no era justificación para ser descortés con alguien que no conocía.
Sonrió de forma tierna y procedió a presentarse.

- Mi nombre es Ever, encantada - Dijo a modo de saludo, quiso ser cautelosa así que prefirió omitir su apellido.

Él claramente era mayor que ella, tenía un aspecto diferente del resto del alumnado de la escuela y eso le causaba cierta intriga. Una mariposa azul cielo se mantuvo cerca de ellos todo el tiempo estando posada en la baranda y parecía estar atenta a la situación por si algo ocurría.

- ¿Eres un alumno verdad?, está oscureciendo... deberías ir a la habitación para chicos y descansar, sugiero yo.-

"Por lo visto no es una amenaza... Pero aun así la mantendré vigilada." acomodó sus lentes y la analizó con rapidez. En apariencia era mucho menor que él, lo cual definitivamente le daba la idea de que se trataba de una estudiante.

- Frederick Bach, encantando... - No hizo gesto alguno, e incluso se veía totalmente serio. - Opino lo mismo, señorita, comienza a anochezer y no es buena idea andar fuera de los dormitorios. -

No había dicho su cargo simplemente para saber que sucedería, un "juego" para entretenerse por hoy.

Definitivamente el aspecto de aquel joven le causaba una sensación de inseguridad. Se inquietó aún mas al no poder ver el espíritu acompañante de aquel extraño, por lo que dirigió su mirada a varios lugares sin éxito alguno. Nada, simplemente no la veía o el la mantenía oculta, pudo deducir rápidamente.

- Yo nunca duermo, así que no tengo problema, pero...¿Y tú?. -

Dio un suspiro, ella era una persona que reflejaba lo que sentía y el solo hecho de él hubiera estado tan serio, la incomodaba, de hecho era extraño, pero no iba a decirlo puesto que no lo conocía, además no quería tener problemas.

- De todas formas, aún no responde a mi pregunta... tengo curiosidad en saber si usted es ¿Profesor o alumno?.- Dijo en un tono amable para que no fuera malinterpretada.

Lo miró con inocente curiosidad, estaba intrigada... no muchas personas tenían ese efecto en ella.

El juego se hacia interesante, la desesperación de la chica por un cierto miedo infundado en el misterio que guardaba la identidad de Bach le agradaba, pero seguía su humanidad presente, haciendo imposible que siguiera con el juego para evitar un problema.

"Menudo lío... Justo hoy que puedo divertirme un rato recuerdo que tengo conciencia." lanza un leve suspiro, similar al de la chica, apesadumbrado por tener que cesar su juego.

- Se puede decir que un profesor... - "Se puede decir...", no afirmaba serlo pero tampoco negaba serlo. - Es intrigante que nunca duerma, señorita, pero sugeriría que si es su primer noche aquí, intente dormir, mañana será un largo día. Además.. Se nota que se siente confundida por la manera en que busca algo con la mirada. - Nuevamente su método deductivo llegaba a casi una respuesta completa, compleja y segura.

Su espíritu no estaba tan lejos como la chica pensaba, de hecho, si prestaba atención se daría cuenta que este se encontraba detrás de la puerta para bajar a la escuela.

La mariposa de antes, comenzó a rodear al "profesor" para poder analizarlo, mantenía una distancia prudente para que este pudiera notarla, bajo otras circunstancias, se tomaría la molestia de ser mas imprudente y asechar buscando y recolectando lo que necesita, pero esta vez no podía darse ese lujo.

- No duermo, no puedo.- Fue cortante en sus palabras, mas sin embargo su expresión era serena y en la comisura de sus labios seguía estando esa sonrisa propia de ella.

- Casi parece humano...- Dijo en susurro sin pensar, un mal hábito. Hablar en voz alta.

Una viento gélido comenzó a soplar y con esto una pequeña alarma del bolsillo de la joven la cuál de inmediato apagó, luego sacó una píldora de un frasco anaranjado y la consumió. En el rótulo de la etiqueta del envase se podía ver que eran para no dormir. Lo aborrecía, la noche y con ella la llegada del silencio y el sueño.

- ¿Que clase de persona puede decir "se puede decir"?, ¿Acaso es algo más?.- Rió entre bajo, ciertamente, era una persona peculiar, aunque amargada en todo lo que abarca la palabra.

- Soy humano, aunque no lo parezca. - Su frívolidad al responder a las palabras de la chica parecía contradecir sus palabras.

Vió a la mariposa al volar cerca de él, seguro se trataba de su espíritu acompañante ya que su color era muy extraño para ser el de una mariposa "común".

- De mi trabajo aquí, no creo que tenga mucha más importancia a por qué usted toma esas pastillas, señorita... - Le observó como sin nada, inmóvil como desde hace un rato.

Su rostro ya no expresaba nada más que frialdad y seriedad, la personalidad que debía mantener siempre como subdirector, cosa que le hacia sentir bien internamente ya que sentía que estaba cumpliendo con su trabajo.

El viento soplaba y movía ligeramente su cabello. El Sol terminaba de caer y la Luna comenzaba a salir.

Se sintió totalmente avergonzada y se sonrojó ligeramente, otra vez había dicho las cosas que pensaba en voz alta, tendría que corregir ese hábito cuanto antes.

- Lo siento mucho, no pretendía ofenderlo si es que lo hice, pero da esa impresión.- Fue sincera, uno de sus defectos si es que podría llamarse así era que a veces no medía la veracidad de sus palabras.

- De todas formas, tengo curiosidad... quisiera saber, quiero que Tu mismo lo digas, no quiero enterarme de otra fuente.- Rió divertida ante la situación que ella creaba.

No pretendía ser grosera, pero era su forma de ser, le gustaba divertirse y jugar. Al salir la luna hizo una mueca, la noche había llegado y con ella su piel pareció "iluminarse", una habilidad muy rara y escasa.

- No creo que alguien como usted le importe la razón de porqué no duermo, ¿O me equivoco?.-

Era fácil deducir que ella estaba jugando también, así que era tiempo de que le respondiera de esa manera. "Es divertido... Se ve tan frágil e inocente... Pero, no es tiempo de andar pensando en esas cosas, hay que contestar con rapidez o las cosas no funcionarán en este juego." una muy ligera sonrisa casi imperceptible se dibujo en su rostro.

- No es bueno develar hacia un posible enemigo tu identidad por completo, ¿no lo cree? - Intentaba justificar su decisión de omitir dar su cargo, aunque en ello realmente daba las bases para su siguiente movimiento. - Si subió a la azotea para entrar a la escuela, en vez de hacerlo por la puerta de entrada como el común de los estudiantes, quizás no sea una de los nuevos estudiantes. Eso también habre la posibilidad de que se trate de una persona que intenta infiltrarse a la escuela, y al tener un "trabajo" en la escuela sería mi deber detenerle. Usted tampoco me ha dicho si en verdad es una estudiante, solo mencionó lo de los dormitorios. Y si realmente es una estudiante, es mi deber saber sus enfermedades en caso de tener que llevarle a enfermería por alguna de ellas. -

Si realmente no era su fuerte hablar, deducir y dar a conocer sus resultados si lo eran. Un juego sumamente interesante que comenzaba a crearle cierta "diversión", cosa complicada comunmente.

Definitivamente, era un amargado... pero en parte tenía razón, sin embargo, se sintió ofendida simplemente por el hecho de que pensara de que podría ser un enemigo, la disgustaba pero la divertía aún mas.

Comprendió que de tener un rango alto en la escuela, fuera tan precavido pero lo veía con cierto grado de paranoia, tan solo preguntaba su posición, eso no podía ser tan malo ¿O sí?.

- Pues, no... más me daría miedo revelar mis habilidades propiamente tales que mi puesto, creo que es un poco exagerado.- Dijo divertida.

Para ella la justificación de haber omitido su cargo, no era lo suficientemente buena para dejarla complacida y callarla de seguir insistiendo. Había que ocupar otros métodos para satisfacerla.

- O...pude haber subido directamente a la azotea para evitar papeleos y simplemente disfrutar de una buena y hermosa vista panorámica que escuché tenían aquí. Y sí, soy una estudiante...no una infiltrada y no padezco de ninguna enfermedad al menos que yo recuerde, tan solo son... motivos personales que creo que a usted es algo así como "no es de su incumbencia".- Su tono fue suave, en sus palabras no habían malas intenciones, era tan solo decir el verdadero motivo le resultaba vergonzoso. Nadie podía ayudarla y no creía que confiando su secreto a esa persona la haría cambiar de la noche para la mañana.

- Es divertido... pero espero disfrute de la decepción, tan solo soy una estudiante más, alguien sin importancia. De todas formas, en vista de que parece que no me dirá su puesto, lo tomaré como un alumno con permisos "especiales" y si no es mucho pedir...- En ese instante, lo tomó de una mano, tenía un tacto gélido puesto que hacía frío. - Quiero que me enseñes las instalaciones, por favor... no quiero perderme- Dijo un tanto apenada, tan solo había seguido instrucciones para llegar a la azotea, pero no quería arriesgarse a perderse.

- ¿Acostumbra a intimidar siempre o... solo lo hace por diversión?.- Dijo confundida.

La respuesta de la chica le tomó totalmente por sorpresa, algo que no pasaba muy amenudo.

Su piel fría y blanca era algo peculiar que contrastaba con la luz de la luna. "Tan delicada... Piel suave... Si no fuera por la situación..." un cierto instinto interno, de su verdadera personalidad, se había activado con su cercanía.

Pero su manera de ser, drásticamente fría, se volvío un poco "cálida" al responder de manera caballerosa.

- Sería un honor, señorita... - Llevó la mano de la chica hasta sus labios para luego besarla, después la bajo mirando a Ever aun de manera fría, pero menos "severa" que antes. - Respecto a su pregunta, es mi trabajo, no soy alumno... -

Realmente le gustaba mantener el misterio, aunque solo fuese por unos minutos antes de que la chica volviera a insistir en la pregunta. No sería capaz de evadirlo por siempre.

Le tomó unos segundos reaccionar, sintió como sus mejillas le ardían y acto seguido un rubor cubrió su rostro completamente, esto le daba una apariencia mas tierna, pero luego se tranquilizó y le sonrió agradecida por su gesto. La tomó totalmente desprevenida el acto de que él, una persona que se veía seria, amargada, gruñón y de mirada tan fría hiciera eso, pero en parte se sentía feliz... le agradaba, Frederick no era una mala persona, no podía serlo, al menos era caballeroso y atento.

Ante su acto repentino, le aparecieron miles de preguntas más, ahora era un mar de dudas, quería poder expresarse normalmente, es decir... lo hacía pero de todas formas debía ser precavida, esa mirada tan fría que poseía le intrigaba... le daba escalofríos.

- Yo... gracias.- Desvió su mirada, luego llevó su mano a sus labios, algo dubitativa, la curiosidad la instigaba de nuevo. -"No es justo..."- Pensó para sus adentros.

¿Por qué él tenía que ser tan misterioso?, era la primera vez que quería saber tanto de una persona a quien apenas conocía, era normal pero no lo parecía, se odió a si misma por querer averiguar más...pero en fin, parecía levemente más contenta ante el pequeño "cambio" del joven que la acompañaba.

- "Me pregunto... si sonreirá de ves en cuando"- Le gustaba ver a la gente sonreír, era algo que disfrutaba y más si ella podía ayudar en eso. - Preferiría que el recorrido no fuera parte de su obligación ni trabajo, sino porque te nazca hacerlo.- Lo miró a los ojos profundamente.

Como una niña pequeña recordó la pregunta que aún no había respondido a estas alturas y su cara mostró una mueca de disgusto infantil.

- Quiero saber... ¿Que eres?.-

Un viento fuerte sopló lo cual revolvió sus cabellos, de su bolsillo cayó una fotografía, en esta podían verse ella acompañada por un joven muy similar a ella, en general no parecían tener mucha edad de diferencia pero al recogerla, torpemente se cortó con el borde su dedo índice y este comenzó a sangrar emitiendo ella un leve gemido de dolor.

Todo era perfecto en ese juego, no lo hacia por gusto alguno, sino por disfrutar el momento de "relajación" del que disfrutaba. El rubor sobre sus mejillas, la pálida y delicada piel blanca, todo era tan contrastante. Hasta que apareció nuevamente la inevitable pregunta y después lo que le sacó de si.

El brillo carmesí de la sangre de la chica llamo su atención, como pocas cosas lo hacian. Sus ojos no expresaron seriedad por escasos segundos "Ese aroma... Ese color... Esa tentación..." Tuvo que recobrar el sentido si queria poder convivir con la chica más tiempo, su instinto sádico estaba despertando.

Era extraño que una sola persona hubiese despertado parte de su verdadera personalidad.

- ¿Está bien señorita? - Soltó su mano para sacar un pañuelo de su bolsillo, el cual amablemente le ofreció aun en su seriedad. - Vaya forma de cortarse, un tanto única. - El tono sarcástico era más dulce que ofensivo.

Su torpeza llegaba a ser graciosa en cierto modo. No era el solo hecho de haberse cortado, sino que no podía pasar el día sin que se terminara lastimando por más mínimo que fuera el daño, algo que su espíritu acompañante reprendía demasiado.

Agradeció la preocupación por parte del joven, aunque de sus palabras le sonaba más a como si se estuviera mofando de ella. En ese instante tuvo que morderse el labio para no quitarle los lentes y entregarlos solo si se dignaba a responder su pregunta, nuevamente evadía todo.

- Si, estoy bien, gracias por preocuparte.- Dijo sonriente

De manera involuntaria llevó su mano hasta su rostro como queriendo quitarle los lentes, su mano alcanzó a hacer contacto con la mejilla de él pero luego la retiró, era alguien demasiado serio como para estar aceptando bromas de ese tipo y lo menos que quería era formar un malentendido o tener problemas, por lo que suspiro resignada.

- Lo siento, por un momento... No completó su frase, prefirió no decirle para que no molestara.

- No quisiera ensuciar tus cosas...- Dijo refiriéndose al pañuelo, por lo que ella sacó el suyo y se limpió el resto de sangre que le quedaba.

- ¿Seguirás manteniendo este misterio?.-

Guardó la fotografía y lo tomó de la mano para dirigirse a unas bancas que estaban cerca donde se pudo sentar.

- ¿Por qué no sonries?, una sonrisa te sentaría mejor...-

Pronto le llamó la atención como un vals a lo lejos sonaba, era alegre... dedujo que como la ciudad se veía bastante iluminada y adornada, podrían estar celebrando algo.

Tomó el pañuelo sin hacer nada más que un gesto de aceptación.

Se escuchaba el ritmo del vals a la lejanía, el no le daba mucha importancia. A pesar de que en realidad la música de ese tipo era muy de su agrado.

Siguió a la chica hacia las bancas moviendose casi sin darse cuenta al ritmo del vals en cada paso. Se detuvo de pie a un lado de ella, observando, analizando de arriba a abajo a Ever.

- ¿Sonreir? No lo haría ni por todo el oro del mundo... - Su voz era lo suficientemente baja para que ella no escuchara pero el espíritu que le perseguía si.- - No es mi intención ofenderle, señorita, pero sonreir no está dentro de mi trabajo. Quizás en un futuro la situación haga de esa acción algo inevitable y mútuo.- Decía esto último acercandose ligeramente a su oido y luego volviendo a su posición anterior, firme a un lado de ella.

Si fuera por ella, usaría aquella "habilidad" suya que reprimía para forzarlo a decir lo que piensa realmente, pero no era correcto... quizás leer mentes sería mucho peor, como era el caso de su hermano. Tan solo pudo escuchar unos imperceptibles susurros, la cual por más que se esforzó no pudo entender.

- Nadie dice que debas hacerlo por "trabajo", es algo natural de una persona... ¿Nunca has sonreído para alguien a quien aprecias, porque quieres que sienta que te importa?.- Dijo mirándolo detenidamente.

Intentaba mirar más allá de sus ojos pero no lograba ver nada, era como si él colocara una barrera, al menos esa era la impresión de ella. Sus ojos casi resultaban hipnotizadores de algún modo, la hacía sentir...extraña, quizás demasiado tranquila.

- Sus ojos, son lindos... pero extraños- Dijo en susurros, esperando que no la alcanzara a escuchar, para evitarlo... se apresuró en decir.

- Me resulta algo...incómodo que me mires de esa forma, es como si estuvieras analizándome.- Dijo con un notorio sonrojo - Es mejor que si quieras preguntar algo lo hagas, voy a responderte mientras este dentro de mi alcanze.- Su sonrisa era sincera e inocente.

Para ella sonreír le resultaba fácil, tenía una visión del mundo demasiado errónea... creía demasiado en la nobleza de las personas y que estas correspondían a ello de igual forma. Ingenua, quizás era el mejor adjetivo que la describía, la prueba de ello era que inconcientemente le estaba dando su confianza a alguien a quien no conocía. Si fuera atacada en ese momento, no sabría como responder.

- Puedes llamarme Ever, no es necesario que seas tan formal conmigo. No me responderás ...¿verdad?.- Dijo refiriéndose a la misma pregunta de siempre, ¿Cuál era su puesto?, suspiro algo decepcionada... pero no se rendiría, aun así no puedo evitar mirarlo algo triste.

Negó con la cabeza al escuchar a Ever hablar sobre su mirada, en verdad la analizaba, pero ya había acabado con dicha observación muchos minutos atrás.

- Lo que tenga o quiera saber, lo descubriré en su momento... - Se sentó en la banca, a un lado de ella mientras que se quitaba las gafas para limpiarlas con su pañuelo. - Si así lo desea, señorita, le diré Ever. -

Se mantuvo en silencio unos segundos, intentando descifrar de que canción se trataba aquella que bailaban a lo lejos. Después de un leve suspiro casi imperceptible, cerró los ojos y en su rostro una muy leve sonrisa se dibujo.

- Soy el Subdirector, pero me puedes decir Frederick o como se te haga más sencillo. -

Ahora quizás todo tenía un mínimo de sentido para ella, la forma de hablar, su personalidad, la formalidad, su vestimenta... ser Subdirector, llevaba consigo una responsabilidad enorme, aun así el actuaba de una manera "muy perfectamente desquiciada con un ligero toque a ser cruelmente sobre auto-exigente".

- ¿Descubrirlo en su momento?, si así lo deseas... de todas formas, estaré abierta a responder cuando quieras.- Su tono de voz era amable y divertido.

- Como sea, fuera de cualquier formalidad puedes llamarme "Ever" solo si tu gustas.- Por alguna razón las palabras de él sonaban como si nada le importara, demasiada etiqueta la abrumaba.

El modo de ser de ella era muy simple a comparación de él, no le molestaba pero tampoco le agradaba demasiado. Sin embargo, pensaba que él ocultaba demasiadas cosas, eso lo hacía interesantemente molesto. Por un momento, lo contemplo cerrar los ojos y pudo notar aunque haya sido mínimo el cambio, aquella pequeña... casi imperceptible sonrisa dibujada en su rostro.

No dijo nada puesto que no quería hacerlo enojar, pero interiormente se sentía feliz de que vez en cuando el también se pudiera tomar un descanso de lo que era seguramente un agobiante y estresante trabajo.

- Si es que me permites preguntar, ¿De donde vienes...o eres?.- Desvió la mirada un poco, por un segundo le atemorizó mirarlo a los ojos.

Las luces artificiales de las lámparas los iluminaban, las estrellas apenas si eran visibles y la música era agradable, se podía escuchar a la distancia perfectamente a la gente riendo. Todos parecían celebrar... fue algo que definitivamente envidió, ella no podía disfrutar de ninguna noche, hace largos 3 años que ya no lo hacía.

- ¿Quisieras bailar conmigo?.- Dijo con una tierna sonrisa dibujada en su rostro, al parecer se había dado cuenta de que seguramente aquella música le era de su agrado.

"La presa perfecta a mis manos... Y no puedo hacer nada, demonios..." su mirada tomo cierto tono de calidez y un brillo peculiar y escalofriante. Miró a la chica y la sonrisa aumento un poco de tamaño, su yo interior tramaba cosas que quizás nunca llevaría a cabo... Al menos por esa noche.

Se levanto de su asiento, guardando el pañuelo nuevamente y poniendose las gafas. Extendió su mano hacia la chica en señal de aceptación a su propocición.

- Solo le advierto que no se bailar, Ever. - Su nombre, mencionado en un tono melodioso detrás de la frivolidad de su voz, era algo que se deleitaba de pronunciar. Era extraño que tomara confianza de esa manera a una persona, más decirle por su nombre.

Sintió como su cuerpo se estremecía, un escalofrío la recorría aunque desconocía completamente el motivo de este. La respuesta de Frederick la había dejado algo sorprendida, por un momento se le cruzó por la mente la idea de que se negaría ante su proposición, sin embargo, se alegró al estar equivocada.

- ¿De verdad?, es muy sencillo...- Rió divertida, su sonrisa era muy natural y llena de vida, pocas veces se veía tan confiada de algo o al lado de alguien, en especial si es que lo acaba de conocer.

Sujetó su mano algo sonrojada y se acercó a el, con la otra... guió la de él hasta su cintura y comenzó a bailar el vals conforme a que sonaba, sus pasos eran lentos para él pudiera seguirla. Al ser ella de ella familia noble, desde pequeña algunas cosas le fueron fuertemente inculcadas y dentro de ellas era bailar, aunque era primera vez que bailaba con un hombre que no era su amado hermano mayor.

- Pero, aún no me responde...para ser sincera, desde el principio quería preguntarle de donde viene, si es que se puede saber.- Dijo mientras bailaban, era agradable... ella tenía un tacto suave y gélido, su piel parecía extrañamente mas pálida de lo normal.

Siguio a Ever en el baile, dejándose guiar a pesar de que rompiera la costumbre. La iluminación, el ritmo, el lugar... Todo parecía perfectamente arreglado para dicho encuentro. "Jeh, son tonterias pensar cosas así..." su yo interno no podía ver las cosas de manera "sensible".

A pesar de decir que no sabía bailar, no lo hacia tan mal, ya que acostumbrado a vivir entre los lujos había visto en varias ocasiones a sus "superiores" hacerlo y reconoció la relación entre el ritmo de la música y los movimientos. Comenzó a imitar lo que sus recuerdos le ordenaban y termino el por guiar a la chica con delicadeza dandole una vuelta para después regresar a como antes.

El tacto frío de la chica causaba en él el mismo efecto que la sangre, pero si queria mantenerse en la misma fachada de siempre debía conservar la calma. Así que decidió seguir la conversación, tornando su mirada fría nuevamente mientras continuaba con el baile.

- No soy de ningún lado, viví vagando por el mundo durante años hasta que llegue aquí... - Su sonrisa desapareció al mismo instante que terminaba sus palabras.

Una suava brisa se sentía, fría como la piel de la chica.

Sus palabras eran tan distantes y frías pero aun así por lo menos ya sabía que para él aunque lo negara era posible sonreír. Pronto se vió guiada por el, ciertamente para ser "novato" en lo que respectaba al baile, sabía como manejar la situación y también por supuesto a ella.

- De ningún lado?, pero... en algún sitio tuviste que nacer, ¿verdad?.- Quería saber mas, extrañamente no podía evitarlo, podría decirse que se sentía "atraída" por ese misterio que el mantenía en todo momento.

Se sentía algo nerviosa, pero era grato... bailar con alguien que no era su hermano era diferente y agradable. Por alguna razón siempre evitaba a las personas cuando estaba con este, pero ahora no. De hecho, le costaba demasiado ignorarlas... tenía la "necesidad" de ayudarlas en lo que pudiera o sino meramente molestarlas, algunas veces era muy infantil.

- Me gusta la forma en que te contradices...es tierno.- Dijo sin pensar.

Sonrió, la brisa que soplaba traía consigo un suave y delicado aroma que se impregnaba en ella, sus pasos seguían guiados por él y la música que sonaba a lo lejos, en general el ambiente era complaciente.

"¿Tierno? ¿Eso es posible?..." en su interior una ligera confusión se generaba, pero su exterior seguía frío como siempre. La piel de la chica junto con el aroma que era traído por la brisa tornaba la situación aun más confusa para su yo interno. Esto debido a la nula existencia de emociones en este y la "generación espontánea" de su yo exterior.

Continuó guíandole de manera lenta a través de la azotea, sintiéndose mirado en ocasiones por su espíritu acompañante de una manera amenazadora.

Su espíritu no sentía absolutamente nada por él, pero pensaba que distraerse así de su misión era algo innecesario.

Se decidió a responder la pregunta de la chica, para que pareciera que no prestó atención al comentario sobre sus contradicciones.

- ¿Mi lugar de nacimiento? Hace mucho que lo olvide... En cada lugar que estuve fue una vida distinta, nueva, como si naciera otra vez. - Sus palabras poéticas seguramente las había leido antes en algun libro. Su mirada se posó sobre los ojos de la chica, y una leve sonrisa se volvió a hacer notoria en su rostro. - ¿Y usted, Ever? -

Su respuesta no era suficiente, para ser mas preciso... no la convencía. ¿Podría ser que en algún momento de su vida, él hubiera vivido con más "alegría" como lo hacía ella?, si fue así ¿Que es lo que sucedió?. Los movimientos de Ever eran agraciados y delicados, propio de una dama de nobleza, aunque en ellos había algo más oculto, quizás el detalle de que se sentía cómoda y en confianza.

- Suenas algo confundido, ¿como eras antes de llegar aquí?.- Dijo algo tímida, puesto que no sabía como él respondería.

Las palabras dichas por él sonaban extrañas de alguna manera, eran lindas... pero mecánicas si es que podía llamarse así. Pronto pudo inevitablemente notar como la miraba, sus ojos profundos le gustaban y se quedó unos segundos contemplándolos, sentía como si fuera a capturarla, eran cautivadores aunque la realidad era que su seriedad era bastante y deseaba que no fuera así. Después volvió a verlo sonreír y se sintió algo confundida, ¿De alguna manera él sonreía para ella...?, ¿Quería que ella lo viera sonreír?. No sabía el motivo pero no le molestaba, aunque te todas formas deseó poder leerle la mente, era tan impredeciblemente cruel que la agobiaba.

Sus mejillas se sonrojaron y adoptaron un dulce color rojizo ante la inesperada reacción de Frederick, no entendía como alguien tan desesperante podía causarle tanta intriga. Admitía que era un maníaco obsesivo, pero uno que la divertía y la hacía sentir bien en todo momento.

- Ca-Cardiff, Gales... soy británica.- Su pequeño tartamudeo era tierno aunque ella estaba algo nerviosa.