Encuentro "casual".. [Frederick]

Había "programado" una reunión con alguien en aquel lugar.. No de una manera hablada, si no que había usado mi propia energía para guiarle hasta el lugar, era el que por ahora parecía menos concurrido, sin necesidad de ir hasta otro lugar al cual podríamos haber ido, pero..eso no importaba por ahora, solo que necesitabamos repasar lo que vendría ahora.. Dos años, casi exactos en que no había habido casi contacto alguno con "él", pero sus planes estaban antes, al menos, por ahora..

- Espero no tardes en llegar, Abel..- Entrecerré mis ojos, estaba en las escaleras que daban paso a subir hasta el segundo piso de la "Casa Encantada", como oí que era llamada, sentado en ellas como si fuese lo más normal del mundo. Era cierto que poseía algo extraño, y no sabía del todo que podría ser aquello, pero era algo relacionado con algún espíritu, de eso si que estaba seguro.

Ciertos recuerdos revolvían mi cabeza, en especial uno, aquel momento en que había descubierto la verdad sobre nosotros, el instante en que le mostré la degollada cabeza de aquel Sir Chaos, como si fuese algo normal, dándole a conocer que en realidad no eramos hermanos.. A pesar de que se había creado cierto vínculo entre ambos, aquello me mantenía en tela de duda sobre que hacer, puesto que no me lo esperaba, pero..no quitaba el hecho de que así habíamos sido criados.

Rina no tardó en aparecer para abrazarme por el cuello, si bien no conocía del todo a Frederick, se podría decir que era su "Tercero" en confianza.. Un aura oscura nos impregnó a ambos después del "abrazo", que poco a poco se fue haciendo más sólido. - Tranquilo, si? Todo va a salir de acuerdo al plan..- Había susurrado cerca de mi oreja, con lo que había dejado de pensar en ello y estar tenso.

La puerta de la mansión se escuchó cerrar, al mismo tiempo que la silueta de un joven se asomaba por el lugar.

Era el mismo Frederick que en la escuela conocían, salvo que en esta ocasión no usaba fajada la camisa de vestir, ni mucho menos los lentes que tanto le gustaban. Totalmente contrario, la misma ropa de siempre usada de una forma mucho más juvenil que a cualquiera que lo viera tardaría en reconocerle. No iba solo, acompañandolo en todo momento y siempre a un lado estaba Sybill, esta vez usando un pantalon negro y un sueter de cuello de tortuga que hacian contraste con sus ojos blaquirosas, ahora cubiertos solamente por los lentes que Bach usaria en otro momento.

La ocasión era especial, y digna de celebrarse según el. Habían pasado ya dos años aproximadamente desde la última vez que se vieron y realmente comenzaba a extrañarle.

"Ya quiero ver a Kain... Lo extrañé." pensaba antes de entrar a la Mansión Encantada, que si no fuera por un espíritu al que no daba importancia alguna, no tendría ese nombre.

La personalidad de Abel era totalmente distinta a la de Frederick, hasta cierto punto eran similares, pero Abel siendo más sádico tenía un estado "infantil" cada que veía a su hermano. Y eso fué lo primero que se dió a notar en cuanto observó las escaleras y vió a Kain sentado en estas.

Una gran sonrisa ilumino el rigido rostro de piedra que siempre había mostrado ante los estudiantes.

- ¡Kain! - Apuro el paso sin cerrar la puerta, cosa de la que se encargó Sybill al darse cuenta de la situación. Subió los escalones con velocidad y se aproximó a su hermano, deteniéndose en seco a dos escalones de este. - ¿Pu-puedo? -

Era sorprendente el cambio entre la personalidad que siempre había mostrado y la que frente a su hermano tomaba. Su pregunta iba dirigida hacia le permitiría darle un abrazo, cosa que en otro momento hubiese hecho sin temor alguno, pero al estar en una "misión" y al ser su hermano mucho mejor en esos aspectos que él prefirió cuestionarle sobre si era correcto o no.

Una vez cerrada la puerta, Sybill se quedó en esta, resguardandola en caso de que algun extraño intentara entrar.

Había cerrado por completo mis ojos ante las palabras de Rina, estas me habían relajado, por lo que se mantenían así a pesar de que había oído como la puerta del lugar se había abierto, y posteriormente se había cerrado. Rina había afirmado el abrazo sobre mi cuello, por lo que no necesitaba aún abrirlos, sabía a la perfección que se trataba de él.

Al grito que había emergido de él antes de cerrarse la puerta había ayudado también a distinguirlo, a pesar de que podría no haber sido así, había tenido muchos casos de voces iguales a la mía en las misiones que hacía, por lo que prefería asegurarme antes que nada. Mis ojos comenzaron a abrirse, el característico diferente color mostraba un ligero brillo, enfocándose en el chico el cual subía las escaleras, pero se había detenido un poco antes.

La intención bajo la pregunta era obvia, por lo que Rina soltó mi cuello para después apoyarse sobre mi cabeza, no sin antes hacerle una seña de saludo tanto a Frederick como a Sybill. - No te preocupes, puedes hacerlo..- Si bien no solía ser tan abierto en aquel sentido, habían pasado dos años, por lo que comprendía a su hermano en aquel sentido. Era bueno comprendiendo las cosas, incluyendo a las personas, así que no le podía negar aquello, con lo que había extendido mis brazos hasta él.

No dudó dos veces en seguir el gesto del otro, abrazándole unos instantes para luego separarse de él hasta el escalón en que estaba antes. Por más que quisiera prolongar dicho encuentro, había "negocios" de por medio y era prioridad realizarlos antes que otra cosa.

Habían pasado ya muchos años desde aquel incidente con el Sir Chaos y aun seguía víendole de la misma manera que en ese entonces, con ese cariño, respeto, pero tambien temor...

- Se para que me mandaste llamar, así que no le daré más vueltas al asunto... - Bajó un poco la mirada manteniendo irónicamente la misma sonrisa con la que llegó.

Sybill observaba en todo momento la situación, había respondido al saludo de Rina de la misma manera y con ademán de la mano le pidió que fuera a donde estaba ella, como si los dos necesitarán "privacidad" sobre el caso.

Le había correspondido al abrazo, que si bien había sido corto, por lo menos tenía en mi conciencia de que le habría hecho bien. La distancia no era buena, al menos sabía que tal vez le afectaba más a Abel que a mi mismo. Sonreí por lo bajo sin que lo notase, demostraba que también poseía un buen grado de madurez y compromiso con nuestro tema.

Rina, para ese instante, iba bajando a paso lento las escaleras, siempre con la cabeza en alto mientras vigilaba el lugar. No tardó mucho en llegar hasta Sybill, el momento justo como para que pudiésemos conversar. - Me "alegra" que ya lo sepas, Abel..- Volví a mirarle, esta vez mis ojos demostraban el ser frío que podía ser, la postura que debía adoptar ahora y que así había sido por años, para lograr no solo el plan de los "Negai", si no el suyo propio.

Me levanté de las escaleras en que me encontraba y dirigí mi mirada hacia él, tal vez sonase egocéntrico, pero me agradaba estar más "arriba" que otros. - Como sabrás.. Los planes deben seguir, y con mi llegada, más pronto.. - No le seguiría dando vueltas al asunto, así que junté mi mirada con la de Abel, no tenía miedo de lo que podría suceder, por lo que proseguí. - Necesitamos una instancia próxima para realizar algún movimiento.. Tendremos a algunos subordinados a cargo para ello - Dos figuras se notaban desde las subidas que conectaban las escaleras en que nos encontrábamos, más, la oscuridad prevenía que se viese más que la silueta.

Solo había una fecha tan importante como para poderse usar, sin embargo, su lado humanizado le hacia dudar en si era "correcto" darla a concer.

- Mañana sera el baile de inicio de cursos, hermano. Todos los alumnos o al menos la mayoría estarán con la guardia baja, actualmente solo estamos la directora, el señor Jibune y yo dirigiendo la escuela. Sería el dia perfecto... - El tono con que decía la última palabra obviamente delataría su duda.

"Que hacer... Que hacer... Por un lado está mi reponsabilidad como trabajador de la escuela, por otro mi misión..." La confusión era notoria en su mirada, que estaba dirigida hacia los ojos a los que tanto temía y a su vez respestaba.

- Hermanito... ¿Cuál es el plan?... - Sus ojos se iluminaban como si un "Shirak" estuviera a punto de salir de estos.

Sybill observaba algo confundida, no estaba acostumbrada a ver a Abel en ese estado de "infantilismo" y conciencia de sus actos.

Abel subió unos escalones, hasta quedar a uno del que estaba Kain. Se sentó llevando sus brazos sobre sus piernas dejándolos caer hacia la puerta como haría con la cabeza segundos después. Se notaba abrumado por todo el asunto, si bien era su misión no estaba plenamente seguro de querer llevarla a cabo.

Conocía a su hermano, y si bien no sabía del todo a ciencia cierta lo que ocurría, su tono de voz..y aquella mirada que había chocado con la de él, dejaban en claro que algo no estaba del todo bien. " Quien sabe..tal vez y si.."

Tenía una ligera noción de que podría suceder, pero por el momento no le daría importancia, después de realizar lo que ocurriría ahora, conversarían más a fondo. - Y lo es, Abel, lo es..- Luego de ello miró de nuevo a las siluetas que estaban cercanas, asintiendo mientras estas desaparecían. - "Ellos" se encargarán de darles una pequeña bienvenida a los de la Shaman School.. Nosotros combatiremos contra ellos, pero solo para aparentar..- Se levantó y puso una mano sobre su cabeza, revolviendo un poco sus cabellos. Tal vez eso ayudaría a que tomase más confianza en su misión, ya que parecía estarla perdiendo en parte.

- No te obligaré a que me ayudes, pero recuerda que la misión es algo que tenemos que tomar en cuenta.. Por ella - Sabía que eso apaciguaría más aquellos aires de no realizar su cometido, al menos un poco, ya que el parecía demostrar más afecto hacia las personas.

"Por ella... Ella lo vale..." había olvidado el porque de su misión. Aquella persona a quien queria como madre, quien le había criado, ella lo valía todo.

Que su hermano revolviera su cabello era signo de que no pasaría nada malo... al menos no para él. Kain era la figura a quien más respetaba después de "ella", y no dudaría en obedecerlo, aun cuando su pensamiento fuera contrario a él.

- Lo haré por ella y por ti. - Su decisión se mostraba en la manera firme de sus palabras. - He estado mucho tiempo viviendo entre humanos que comienzo a "sentir" como ellos... Es... algo interesante. - Se dibujaba una gran sonrisa sobre su rostro, esta vez era algo distinta a la anterior, como si alguna ambición antigua comenzara a demostrarse.

Si bien tenía poco tiempo trabajando en la escuela, ya había convivido por mucho más con los "humanos" y sus modos, poco a poco convirtiendolo a él a su manera de ser, "ablandandolo" hasta cierto grado. Pero su humanidad debía estar después de su misión.