Encuentros Peligrosos ~ Libre

A la noche siguiente, tenía que arreglar diferentes situaciones, Joseph me había contactado, mejor sitio de encontrarnos este castillo. “Bando maligno” no es que se considera mala, simplemente las situaciones lo ameritaban, lo único bello lleno luz en su mundo era Yuyuko y ella…
Ella… debe estar pensado que cosas de mí, ¿qué es mejor la desconfianza y confianza? Era una pregunta decisiva, no podía cometer el error de la vez pasada, debo cuidarla pero a las sombras no de esa manera tan arriesgada.
Tenso el puño, y dio un puñetazo a unas de las paredes del castillo “- No vuelve a pasar, mis impulsos se tienen que controlar”- murmullo entre dientes, dando un suspiro profundo.
“- Ya se han tardado”- murmullo Yuyuko.
“- Ya vendrán, si no les pasa lo mismo que Frederick”- dijo con seriedad.
Desde cuando se volvió tan fría y calculadora, no, no lo era simplemente mantenía su perfil, debía hacerlo, pensando escucho pasos.
“- Se acercan”- dio alerta Yuyuko
Varios hombres se veían entrar por el sendero del castillo, sus ropas negras, formales, se confundían en la oscuridad.
“- Bienvenidos”- menciono White
“- Jefe”- dijeron en coro, dando la reverencia “- Ama”- menciono uno de los hombres de mediana edad, quien más si no Joseph.
“- Si alguien me vuelve a traicionar, daré la orden de acecinarlos, uno por uno, hasta que rueguen por sus vidas”- advirtió los rostros de los hombres no eran de sorpresa simplemente se dieron miradas entre sí.
“- Por lo demás, hablen”- les dio la palabra mientras se recostaba en el muro
“- Aun no se sabe quien lo acecino, tanto como su padre y el otro”- dijo Alexander, siguió la información, Sasha una mujer de ojos azules “-corren rumores que tu objetivo es próxima a matar, pero por culpa de Frederick se dieron cuenta de ciertas cosas”- menciono
“- Maldito Frederick”- escupió con rabia, miro a Yuyuko quien percibía algo “- ¿Alguien los siguió?”- pregunto el espíritu
“- No, los matamos en el camino”-
“- A sus puestos, hagan una emboscada”- menciono White “- cautelosos, no ataquen hasta que yo lo ordene”-
Sin decir más, se sentó en unas de las gradas del castillo a mirar la luna, en completa oscuridad, esperando a quien se acercara.